Recientemente he visto la película española El Test. Tengo que decirte que no es que me parezca una gran película, pero me ha hecho pensar bastante. El filme gira alrededor de la siguiente disyuntiva. Si te ofrecen la posibilidad de escoger entre recibir 100.000€ ahora o esperar 10 años y recibir 1 millón de euros, ¿qué elegirías?
Esta pregunta está inspirada en un experimento realizado en los años 60 por el psicólogo norteamericano, profesor de la Universidad de Standford, Walter Mischel. Se llamó al experimento “THE MARSHMALLOW TEST”, traducido al castellano como prueba malvavisco (qué nombre más horroroso). El profesor Mischel realizó numerosos experimentos que consistían en lo siguiente: se ofrecía a niños de 4 a 6 años una nube o cualquier otra gominola y se les prometía otra nube si eran capaces de esperar 10-15 minutos sin comerse la nube o gominola que tenían delante. Los investigadores dejaban solos a los niños y volvían después, comprobando si habían caído en la tentación de comerse la nube o no (en este caso se premiaba su comportamiento dándoles otra nube). Los estudios posteriores demostraron que aquellos niños que eran capaces de autocontrolarse y esperar a una gratificación mayor tenían mejores resultados en el futuro en su vida (menor probabilidad de tomar drogas, de ser obesos, de responder mejor al estrés, tenían mejores habilidades sociales u otros). Llegaron a la conclusión que, LA CAPACIDAD DE RETRASAR LA GRATIFICACIÓN ERA FUNDAMENTAL PARA EL ÉXITO EN LA VIDA. Es lo que en psicología se llama GRATIFICACIÓN RETRASADA (o delayed gratification en inglés).
Es decir, las personas que son capaces de sacrificarse a corto plazo, de controlar sus instintos, suelen tener mejores resultados a medio y largo plazo. A mi entender, tiene todo el sentido del mundo. Por ejemplo, sacrificarse en estudiar duro de joven (cuando a muchas personas les cuesta esfuerzo o preferirían trabajar y cobrar dinero u holgazanear) suele conllevar grandes resultados en el futuro. Y lo mismo sucede con la alimentación, con el deporte o con casi cualquier ámbito de la vida.
Ahora bien, ¿DE QUÉ DEPENDE QUE UNAS PERSONAS SEAN MÁS HÁBILES QUE OTRAS EN CUANTO A LA GRATIFICACIÓN RETRASADA? Pues, como en casi todos los ámbitos de la vida, existe un cierto componente genético y también se puede entrenar, mejorar con la práctica. James Clear, psicólogo estadounidense especializado en fuerza de voluntad, RECOMIENDA 3 SENCILLAS IDEAS:
- Empieza con pequeños pasos. Haz que tu nuevo hábito sea «tan fácil que no puedas decir que no».
- Mejora una cosa, en un uno por ciento. Hazlo de nuevo mañana.
- Encuentra una manera de comenzar en menos de 2 minutos.
Sacrificarse en el presente para tener un futuro mejor, resulta esencial en tu vida. Tony Robbins, reconocido como el mejor coach del mundo, suele decir una frase que me encanta y que resume bien esta idea. Dice Robbins, “la gente suele sobreestimar lo que puede conseguir a corto plazo y suele infraestimar lo que puede conseguir a largo plazo”. Y me parece una reflexión realmente importante. Vivimos en un mundo donde la inmediatez y la falta de esfuerzo están cada vez más presentes. Queremos aprender inglés en pocas semanas, perder peso sin esfuerzo y así con muchas cosas de nuestra vida. Me parece un gran error. Casi todas las cosas importantes requieren de autocontrol y sacrificio en el presente para obtener mejores resultados más adelante. Lo ejemplifica perfectamente el test del malvavisco y es el tema central de la película “El Test”. Así que no lo olvides, sacrifícate a corto e invierte en ti con esfuerzo, seguramente tu esfuerzo valdrá la pena. Termino con una frase del psicólogo Walter Mischel, “Cuando te das cuenta que tu fuerza de voluntad es básicamente aprender a controlar tu atención y tus pensamientos, entonces puedes empezar realmente a mejorarlos”.