Supongo que habrás oído o leído sobre el conocido FOMO, en inglés, Fear of Missing Out. Se trata del miedo a estar ausente, el miedo a perderte algo. Está relacionado con la ansiedad generada por el temor a perderse un evento social o cualquier otra experiencia positiva, especialmente del tipo de actividades que ves a través de las redes sociales.
Creo que nos ha pasado a (casi) todos. Todos hemos tenido esta sensación. Navegando por las redes sociales, visionando imágenes de vacaciones perfectas, eventos emocionantes y diversión aparentemente infinita. La mayoría de las personas pasamos mucho tiempo en redes sociales, especialmente a través de nuestro teléfono móvil. Según Statista, los españoles estamos alrededor de 150 minutos al día en Internet. Sí, has leído bien, unas 2 horas y media enganchados a nuestros dispositivos. Y el uso de las redes es altamente adictivo. A la mayoría de las personas les da miedo perderse algo en Internet o en redes sociales. ¿Vale la pena dedicar tanto tiempo a ello?
En este sentido, me encanta la frase de la conocida coach Aili Kuutan, “El miedo a perderte algo puede llevarte a perderte algo todavía más grande: la vida que realmente deseas”.
Ahora bien, ante esta obsesión por no desconectar, ¿qué podemos hacer?
Pues como contrapartida al concepto de FOMO, recientemente ha aparecido un nuevo concepto que me parece muy interesante; el JOMO, en inglés, Joy of Missing Out. Es decir, la alegría y la felicidad de perderse algo, de estar desconectado. Este concepto le da la vuelta al guión de FOMO, animándonos a encontrar la felicidad en el hecho de estar presentes y ser selectivos con nuestro tiempo y energía. JOMO no es renunciar a Internet o a las redes sociales, sino de elegir conscientemente lo que realmente nos interesa. Ser selectivos y gestionar bien nuestro tiempo (que, por cierto, es finito).
A continuación, te doy ALGUNAS IDEAS PARA AYUDARTE A PASAR DEL FOMO AL JOMO:
- Recupera tu atención: la exposición constante a las experiencias de los demás puede desdibujar tus propios deseos. Desconecta regularmente y reconecta contigo mismo. ¿Qué es lo que realmente te emociona? ¿Qué actividades te traen paz? ¿Qué es lo que te motiva? ¿A qué temas quieres prestar atención y a cuáles no?
- Aprende a decir “no»: está bien rechazar invitaciones que no se alinean con tus prioridades. Decir no a las cosas que te agotan libera espacio para las cosas que importan. Sé selectivo y elige bien. Aprende a renunciar y a decir «no».
- Cultiva la gratitud: en lugar de envidiar a los demás, aprecia las cosas buenas de tu propia vida. Reflexiona sobre los momentos que te traen alegría, grandes o pequeños. La vida no es tal como la pintan en las redes sociales. Aprecia todas las cosas buenas que tienes a tu alrededor.
- Prioriza la calidad sobre la cantidad: llenar tu calendario de actividades no garantiza la felicidad. Concéntrate en crear experiencias significativas con tus seres queridos, dedícate a actividades que te encanten y te permitan desconectar y conectar con tu auténtico yo.
El JOMO es una clara apuesta por vivir intencionalmente. Si eres capaz de dejar de lado la presión de estar constantemente «activo» y tomar distancia hacia del mundo online, seguramente mejorará tu satisfacción y tu felicidad, facilitando vivir una vida más auténtica.
En este sentido me viene a la cabeza la conocida frase de Steve Jobs,
“Tu tiempo es limitado, no lo malgastes viviendo la vida de otra persona”.
Así que ya sabes, aprende a desconectar. Pasa del FOMO al JOMO.