Cuando Steve Jobs tenía 12 años, estaba trabajando en un proyecto personal: quería construir un contador de frecuencias, un dispositivo electrónico utilizado para medir la frecuencia de las señales eléctricas. Sin embargo, le faltaban algunas piezas. La mayoría de los niños de su edad probablemente habrían dejado el proyecto ahí, pero Jobs, siempre curioso y con un espíritu emprendedor, decidió hacer algo audaz.
Buscó el número de Bill Hewlett en la guía telefónica (en ese entonces, los números de teléfono de las personas famosas no eran tan difíciles de encontrar). Tomó el teléfono y, con confianza, lo llamó. Cuando Hewlett contestó, Jobs, nervioso pero decidido, le explicó que estaba construyendo un contador de frecuencias y le preguntó si tenía algunas piezas sobrantes que pudiera usar.
La respuesta de Hewlett fue sorprendente. No solo le ofreció las piezas, sino que también se mostró impresionado por el entusiasmo del joven Jobs. Le ofreció un trabajo de verano en Hewlett – Packard, específicamente en la línea de montaje donde fabricaban contadores de frecuencia. Para un niño de 12 años, esto fue una oportunidad única. Jobs pasó el verano aprendiendo sobre la tecnología, trabajando junto a ingenieros y sumergiéndose en el mundo de la innovación.
Esta experiencia no solo le dio a Jobs un conocimiento práctico y una exposición temprana al mundo de la ingeniería, sino que también le enseñó una lección crucial que guiaría su vida: NUNCA TENGAS MIEDO A PEDIR. Para Jobs, esa llamada telefónica fue un ejemplo de cómo, SI TE ATREVES A TOMAR LA INICIATIVA, INCLUSO EN SITUACIONES QUE PARECEN INTIMIDANTES, PUEDES OBTENER RESULTADOS INESPERADOS Y BENEFICIOSOS. Esa lección se convirtió en parte esencial de su filosofía personal y profesional.
A lo largo de su vida, Jobs aplicó esta mentalidad, tanto en la creación de Apple como en su enfoque de liderazgo. Siempre se mantuvo abierto a pedir ayuda, a hacer preguntas, y a arriesgarse para obtener lo que necesitaba, entendiendo que el «no» ya lo tenía, pero que al preguntar siempre podías recibir un «sí».
Piensa cuántas cosas podrías conseguir si te atrevieras a pedir. Ser osado en hacerlo, puede tener un impacto muy positivo en tu vida (como lo tuvo en la vida de Steve Jobs). Termino con una frase de Barack Obama que resume perfectamente la idea que quería transmitirte con este post:
“No tengas miedo a hacer preguntas. No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites. Yo lo hago todos los días. Pedir ayuda no es una señal de debilidad, es una fortaleza. Demuestra que tienes el coraje de admitir que no sabes algo y aprender algo nuevo”.