Crees conocer el significado de estos dos conceptos hasta que investigas un poco sobre ellos, lees y aprendes lo que ya otros han investigado y escrito (que no es poco …) y siempre llegas a la misma conclusión, ¿utilizamos estas dos palabras de forma correcta? ¿en qué se parecen estos dos conceptos? ¿cuál pesa más para ser más exitosos?, y ¿cómo de diferente seria nuestra vida profesional si supiéramos interpretar e interiorizar correctamente su significado? …, pues en mi opinión, sería por regla general muy y muy diferente.
Si nos dejamos guiar por las definiciones de estas dos palabras, vemos que, “el talento” es “la especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad”, en mi opinión se trata de alguna cosa que se nos da bien, algo para lo que tenemos facilidad. Y “la pasión” es “una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto, o el entusiasmo o deseo por algo, pudiendo ser un vivo interés o admiración por una propuesta, causa, actividad, u otros”, creo que podemos decir que es algo que nos gusta mucho, que nos llena y nos motiva a tope. Por tanto, son conceptos bien diferentes y complementarios.
Utilizamos estos dos conceptos tantas veces como sinónimos que podemos llegar a confundirlos o, lo que es peor, a hacer que otros los confundan. En mi opinión los confundimos porque en algunas ocasiones se dan a la vez, y me explicaré, gente que por fortuna tiene un don para algo que además le apasiona, ¿conoces alguno?, yo conozco alguno, quizás si pienso un poco, encontrarías alguno más, ya te avanzo que son pocos, pero sí puedo afirmar que son bastante más felices y exitosos que los demás.
En primer lugar, he de decir que, no todo el mundo siente pasión por algo, no todas las personas experimentan un sentimiento que vincula enérgicamente sus acciones con su corazón respecto a una cierta actividad, tema, idea, etc.…, sin que esto signifique que no sean felices, seguramente disfrutan de intereses y aficiones, pero sin que estos lleguen a apasionarles, y esto es así, no todos tenemos la misma necesidad de entusiasmo y motivación, y hay personas menos autoexigentes con sus emociones. ¿Sabes tu cómo de apasionando eres?
En segundo lugar, el talento no siempre va vinculado a la pasión, no todos valemos para todo, y en muchos casos nos apasionan cosas que tenemos muy lejos de conseguir, yo soy de los que piensa que no siempre es cierto lo de “querer es poder”, a veces queremos, pero no podemos, y no siempre es motivado por nuestras limitaciones, también interviene el entorno y la predisposición de todo lo que nos rodea.
Además, me planteo cómo está repartido el tema del talento, o sea, ¿qué talentos pueden existir?, ¿son exclusividad de algunas personas?, ¿son mejores unos talentos que otros?, o ¿tenemos todos alguno de ellos?, y, por lo tanto, ¿cómo podemos darle una vuelta a este tema?
Os aseguro que he trabajado y ayudado a muchas personas en este sentido y he llegado a algunas conclusiones. La primera es que el talento no es exclusividad de unos pocos, todas las personas tienen talento para algo, poner nombre y apellido a los talentos o hacer una lista con ellos es imposible, no acabaríamos nunca, siempre aparecería alguien con un talento nuevo y desconocido que desmontaría nuestra lista. La segunda es que el talento no es solamente innato, sí que es verdad que existen personas con una predisposición natural para desarrollar unas u otras actividades, pero en la mayoría de los casos, somos talentosos en ámbitos que hemos entrenado y cultivado más que otros. En tercer lugar, diré que, en la mayoría de los casos, el problema no es pues la falta de talento, sino, desconocer que lo tenemos, muchas personas todavía no han descubierto en qué ámbito son talentosos y esto genera frustración y problemas en general. Y finalmente, creo que, si queremos que talento y pasión vayan de la mano, debemos obligarnos primero a auto conocernos y descubrir “qué nos apasiona”, para luego poder cultivarnos y entrenar ese ámbito que nos apasiona y convertirnos en absolutamente talentosos en él.
Es la apuesta por la que pasa nuestra sociedad, desde la formación hasta la incorporación y desarrollo de la carrera profesional, hacer que nuestros futuros profesionales hayan potenciado sus talentos dentro de ámbitos que ya saben que realmente les apasionan.
Y recuerda, de ti depende que talento y pasión vayan de juntos, porque como decía el gran físico alemán Albert Einstein, “No tengo talento especial, solo soy apasionadamente curioso”