Desde pequeños nos han enseñado que nada crece por sí mismo y me voy a explicar, quiero decir que todo hay que trabajárselo un poquito, que hay que aprender a cultivar en todos los sentidos. Si plantamos una planta y queremos que crezca y dé fruto habrá que regarla y cuidarla, si queremos conservar el amor de los que nos rodean y que perdure en el tiempo tendremos que cuidarlo y mimarlo, y así infinidad de ejemplos aplicables a la vida real. Pues con la marca personal ocurre algo parecido, hay que alimentarla y cuidarla para que perdure y crezca.
El desarrollo de la marca personal requiere partir de la definición de una estrategia y la puesta en marcha de un plan de acción, pero además necesita que esa estrategia sea simple para poder hacer foco en ella, y que el plan de acción se pueda embestir con perseverancia y repetición.
Esto nos lleva sin duda a tener que hablar de la constancia y la paciencia, pues como ya sabéis, Roma no se construyó en una hora ni en un día. Las grandes marcas personales que conocemos son el resultado de hacer determinadas cosas de forma constante y sabiendo esperar, la paciencia es imprescindible porque los resultados nunca llegan de inmediato y la constancia también porque si quieres dejar marca debes aportar algo de ti cada día. Cualquier marca personal tarda un tiempo en ser reconocible por los demás.
Además, dentro de la estrategia de la que ya hemos hablado, debe tener un papel importante el “seguir aprendiendo”, el talento debe alimentarse para poder crecer como profesionales, en todos los ámbitos, profesiones y sectores, sin excepción. El cliente, los productos y servicios y nuestro entorno en general cambia tanto y tan rápido, que debemos estar reciclándonos y actualizándonos siempre.
No podemos olvidar tampoco que las marcas personales relevantes o las personas importantes, deben ofrecer valor a la sociedad, han de tener un impacto positivo en ella que sea reconocido por los demás, hay que ser colaborativo, y enlazaré este aspecto con el tema del feedback, también importante. La reflexión y el estar abiertos a conocer las opiniones de nuestro entorno sobre nuestra marca personal y lo que hacemos, bien o mal, recuerda que ya hemos hablado en otros posts de que no siempre generaremos buenas y constructivas opiniones, y esto tampoco es malo, la marca personal potente debe pedir feedback y reflexionar. Después evolucionará y mejorará, sin duda, el saber porqué gustas o porqué no gustas, te hará orientar mejor tus capacidades y encontrar tu valor añadido y diferencial.
Finalmente, y sin duda muy importante, debes hacer foco en comunicar, pero no solo comunicar, sino comunicar bien, porque si has hecho bien todo lo dicho hasta ahora (definir una estrategia y un plan de acción, ser constante y paciente, seguir aprendiendo, ofrecer valor a la sociedad y escuchar a tu público), debes saberlo transmitir y dar a conocer. Recuerda que un producto o marca puede ser muy bueno, pero si no sabemos transmitir sus bondades es como si no existiera, pues de eso se trata. Yo te recomiendo que destaques en tu comunicación lo que te diferencia de tus competidores y por tanto te hace único, y sobre todo que divulgues digitalmente la esencia de tu marca personal; bloc, web, redes, … , te aseguro que es mucho más rentable que cualquier otra fórmula, tiene mucho más alcance, permite inmediatez y además facilita en mucho el tema del feedback.
Pero para mí, lo realmente importante para una marca personal que se precie, es no perder nunca la humanidad en el proceso de gestión de esta, manteniendo unos valores únicos en torno a los que vivir y desarrollar nuestra actividad profesional, y fortaleciendo día a día los principios sobre los que la hayamos construido.
Y recuerda, no dejes de trabajar duro dentro y fuera de tu vida profesional, porque como decía Vince Lombardi, emblemático escritor y jugador y entrenador de futbol americano; “El único lugar donde el éxito viene antes del trabajo es en el diccionario”