La palabra «debriefing» se refiere a un proceso de revisión que se lleva a cabo después de una tarea o experiencia, con el fin de evaluar lo que salió bien y lo que salió mal. Parece ser que se inició en Estados Unidos en el ámbito militar y después se trasladó al mundo de los negocios, pero progresivamente también se ha ido aplicando a situaciones de la vida cotidiana. El debriefing es de suma importancia para desarrollar un buen liderazgo y gestionar bien equipos.
En castellano, «debriefing» se traduce generalmente como «después de la acción» o «después de la tarea», y se utiliza para describir una reunión en la que se discuten los resultados de una tarea o proyecto, con el objetivo de aprender de la experiencia y mejorar en el futuro. También se puede utilizar el término «análisis post-acción» o simplemente «revisión». Para mí, el debriefing es una de las acciones más simples, pero también más útiles para mejorar los resultados de cualquier actividad. Hace años que lo utilizo para mejorar el rendimiento de mis alumnos y para corregir proyectos (tanto personales como profesionales) en los que participo. Como dice Amy Cuddy, psicóloga y escritora estadounidense, «El debriefing nos permite reflexionar sobre nuestros éxitos y fracasos, y nos ayuda a ser más conscientes de nuestras fortalezas y debilidades.»
Hay muchas formas de hacer un buen debriefing. Acostumbro a utilizar simplemente 3 PREGUNTAS PODEROSAS, QUE ME AYUDAN MUCHO A CONSEGUIR MEJORES RESULTADOS.
- ¿QUÉ SALIÓ BIEN? Esta pregunta se enfoca en identificar las cosas que funcionaron correctamente durante la tarea o experiencia. El objetivo es reconocer los éxitos y fortalecer los aspectos positivos para futuras tareas o experiencias. Me gusta siempre empezar por lo positivo pues fomenta una buena dinámica y facilita los procesos de mejora.
- ¿QUÉ SALIÓ MAL? Esta pregunta se enfoca en identificar las cosas que no funcionaron durante la tarea o experiencia. El objetivo es identificar áreas de mejora y oportunidades para corregir errores y evitar que se repitan en el futuro. Hay que tratar “con cariño” este punto, pues hablar de lo negativo a veces puede molestar, ofender o incluso desmotivar. Sé firme en identificar lo que no salió bien, pero elige bien las palabras para explicarlo.
- ¿QUÉ HAREMOS DIFERENTE LA PRÓXIMA VEZ? Esta pregunta se enfoca en identificar las acciones específicas que pueden ser implementadas en el futuro para mejorar el desempeño. El objetivo es aprender de la experiencia y desarrollar un plan de acción para futuras tareas o experiencias. Siempre me gusta ceder la iniciativa a los alumnos o a las personas que participan en el proyecto para que ellos mismos sean los que identifiquen qué debe mejorarse y cómo van a hacerlo. De esta forma se genera mayor implicación y compromiso en este proceso de cambio y mejora. No obstante, también debes tener claro, bajo tu criterio, qué debe hacerse diferente la próxima vez. Y comentarlo con ellos en caso de que no haya identificado ellos mismos estas ideas.
En definitiva, te recomiendo que incorpores la técnica del debriefing a tus principales actividades, tanto a nivel personal como profesional. Seguro que te ayudan a conseguir mejores resultados. Termino con una frase de Sharon Salzberg – escritora norteamericana – que resume perfectamente el concepto de debriefing y su importancia: «La reflexión es una parte esencial del aprendizaje. El debriefing después de cualquier experiencia es clave para el crecimiento personal y profesional.»