«Vas a conseguir resultados solo si pasas a la acción«. Si me dieran un euro por cada vez que repito esta frase mi fecha de jubilación estaría ya cercana. El tema es que pasar a la acción una vez no es suficiente.
Me explico. Cuando entramos de lleno en el análisis de quién soy, dónde quiero llegar y qué y para qué quiero conseguir los resultados que para ti sean importantes, entramos en un panorama en el que si queremos llegar a la meta vamos a necesitar incluir en nuestro habitual y archiconocido repertorio de conductas muchas nuevas acciones.
Estas nuevas acciones se caracterizan porque casi todas ellas:
- Sacuden de alguna forma a nuestro ego (y aquí tus versiones más sofisticadas del miedo y de las excusas cobrarán vida propia).
- Nunca las hemos hecho.
- No las hace todo el mundo. Y nos han educado para no destacar mucho.
- No todas le sirven igual ni en la misma medida a todo el mundo.
- Cuestan esfuerzo.
Al igual que en el resto de cosas importantes de la vida, no esperes resultados mágicos ni fórmulas infalibles y en solo 10 sencillos pasos porque el efecto rebote te dejará aún más alejado de tu meta que antes de empezar.
La realidad es que tanto tú como yo, nos sentimos infinitamente más cómodos cuando hacemos lo de siempre. Y éste es nuestro drama. Cuando nuestro cerebro nos permite ponernos en piloto automático y tiramos con el repertorio habitual de conductas. Ahí, ahí es cuando fluimos. Lo que pasa es que, a veces, fluimos en direcciones que no nos favorecen (o nos destruyen en los casos más extremos) y ahí es dónde vemos la necesidad de cambiar. Y ahí es dónde nos damos de frente con la ingente dificultad que le supone al ser humano salir de sus patrones de comportamiento automáticos.
PARA PODER LLEGAR A FLUIR EN DIRECCIONES QUE NOS BENEFICIEN HAY QUE SUFRIR.
Ninguna de las acciones que pongas en marcha por primera vez relacionadas con tu talento o con tu estrategia de personal branding te va a salir solas y sin esfuerzo las primeras veces.
Nada más lejos de la realidad. Huye, lejos muy lejos, de quién te venda esto. Te vas a sentir muy incómodo, muy desafiado, sentirás tremenda inseguridad y te apetecerá dejarlo todo.
Por eso las personas abandonan los gimnasios en febrero, les cuesta tanto dejar de fumar y siguen haciendo lo mismo de siempre en sus procesos para buscar o mejorar su empleo/resultados.
Así que cuando me preguntan ¿quién consigue resultados de tus clientes? O perfectamente aplicable también a las personas que puedas observar tú mismo en tu trabajo, en tus redes sociales, etc. Las que inician acciones nuevas para ellos. Acciones nuevas pero no aleatorias. Aquellas que forman parte de una estrategia. Que han sido analizadas con anterioridad como acciones que me llevan con más éxito a mis objetivos y que otros (si ya han recorrido ese camino o saben cómo hacerlo, mucho mejor) me han confirmado que por ahí pueden encontrar un camino más claro hacia sus metas.
Pero sobre todo, las que son capaces de convertir ese patrón inicial forzado, pensado, costoso en algo mucho más fluido, integrado, normalizado, hasta que tras mucho esfuerzo, tras superar una travesía del desierto inicial tremenda… pum se convierte en algo automatizado para ellos. Ya cuesta menos, ya sale más natural, más mejora el feedback que obtienen del resto y ya…por fin,… fluyen. Pero, desde aquí un llamamiento, nada fluye hasta que no has hecho el esfuerzo consciente de convertir una acción nueva en un hábito más automatizado.
¿QUÉ CÓMO SE LOGRA?
Por repetición. Una y otra vez. Hormiguita, sin decaer y poco a poco. Lo logra quién se mantiene ahí. Y ojo, también quien decide escoger de entre todas las acciones posibles que le lleven a su meta aquellas que ya, desde un punto de partida, están más cerca de su habilidad y de su potencial.
Me explico con un ejemplo: para dar a conocer tu propuesta de valor en medios digitales tienes muchas opciones. Por ejemplo, para hacer este artículo en este blog de un colega profesional tengo que poner en marcha acciones relacionadas con mi competencia para escribir.
Otra de las opciones más usadas son aquellas que requieren tu competencia parahablar. Así que te dirán grábate un video. O historias. O un canal de Youtube. Lo que sea. No, no y no. Lo que sea no. Empieza por aquellas acciones que estén más cerca de tu nivel de competencia. Por un motivo muy sencillo: te costará menos esfuerzo (estarás más cerca del famoso fluir) y tendrás más gasolina (el feedback de los demás te vendrá en mayor frecuencia y será de mayor calidad) Cuando tengas este patrón de acciones bien asentadito, ya empiezas con el siguiente.
¿Qué hace mucha gente? Bailar en reels. Porque se lleva, porque te da mas engagement, porque “yo que sé”. La sabiduría popular siempre aplica y estoy convencida de que recuerdas a tu madre decirte aquello de… ¿Si Fulanito se tira al río tú te vas detrás?
Pues eso, usemos este dicho para recordar que siempre hay una variable contextual y genética que olvidamos una y otra vez en nuestra ilusión de que todo empieza y acaba en nuestros ombligos, y los mejores planes de acción siempre aparecen tras un exhaustivo análisis de todas las variables intervinientes.
Pues eso, escoge aquellas nuevas y estratégicas acciones que más te beneficien, que más cerca estén de aquellos puntos en los que te sientes más cómodo porque tendrás muchas más opciones de continuar, de mejorar y, por tanto, de marcar la diferencia.
Por cada una de estas que tengas ya bien asentadita, te pones a jugar, a explorar y aprender en aquellas otras que te apetezca ir integrando. Repites, pides feedback, te marcas indicadores y fechas y si por ahí no hay resultado de ningún tipo: ¡para! De verdad que no es falta de compromiso con tu plan, que es una cuestión de eficiencia. Que solo tienes una vida y sobre todo, que no estás para desperdiciar energía.
Es difícil, lo sé. Para eso estamos los “entrenadores personales”. Justo para evaluar contigo cuáles son las acciones que mejor se adaptan a ti, para acompañarte a ponerlas en marcha, evaluar el feedback y seguir construyendo.
Si prefieres ir tu solo, también está bien y justo esa es la idea que me impulso a escribir en Pon tu talento en Acción, Esic Editorial (2021). Reflejar por escrito todo lo que vemos en los entrenamientos individuales para que seas capaz de analizar todas las variables que van a impactar en cada una de las fases que tienes que atravesar para llevar tu talento al mundo y que te permita marcar tu plan de acción adaptado a ti.
Porque somos muy parecidos, pero la única forma de dejar huella es saber adaptar todas estas generalidades a tu maravillosa diferencia.
¿Por dónde vas a empezar?
Elena Arnaiz Ecker
Psicóloga especializada en talento y desarrollo profesional.
Puedes hacerte con Pon tu Talento en Acción en este enlace