¿Has pensado qué problemas solucionas? Me refiero estrictamente a tu ámbito profesional. Bien, supongo que en el ámbito personal también debes resolver muchos problemas, pero me ceñiré exclusivamente a tu esfera profesional. Porque tu vida profesional, como la de todos, está centrada en resolver problemas. Problemas grandes o pequeños, problemas de tus clientes, de tus jefes, de otros compañeros de trabajo… pero, en definitiva, problemas.
Cómo, ¿Qué nunca te habías planteado tu actividad profesional como un solucionador de problemas? Pues empieza a ser hora de que te lo plantees. Porque nadie te contratará si no es para que le ayudes a resolver sus problemas. A nadie le interesa lo que has estudiado, dónde has trabajado, qué talentos tienes, cuáles son sus motivaciones… sino es para tener confianza en que vas a resolver sus problemas.
Ya sé que “problemas” tiene una connotación muy negativa. Si no te gusta esta palabra puedes utilizar la palabra “retos”. Es decir, puedes dedicarte a ayudar a las personas a conseguir retos. Misma idea, mismo concepto, pero una palabra más amable, y mucho más positiva. Pues en la mayoría de las ocasiones la idea es la misma, pero puedes plantearla de forma negativa como un problema o plantearla de forma positiva como un reto. Por ejemplo, si eres nutricionista, puedes decir, que uno de los problemas que solucionas a tus clientes es “dejar de tener unos kilos de más”, o decir, que les ayudas a conseguir sus retos “estar en su peso ideal”. La idea es la misma, aportar valor a los demás, ya sea eliminando un problema o ayudándoles a conseguir un reto.
Existen gran cantidad de problemas o retos que las personas y organizaciones tienen. Los podemos agrupar en 3 grandes grupos:
- Ganar más dinero. A la gran mayoría de empresas y personas nos gusta ganar más dinero, tener acceso a más clientes, conseguir más referencias comerciales… El primer gran grupo de problemas o retos que puedes solucionar tiene que ver con temas estrictamente económicos.
- Gastar menos dinero. También a la inmensa mayoría de personas y organizaciones nos gusta ahorrar dinero. Bajar los costes de un determinado producto o servicio, eliminar algún tipo de gastos…
- Ser más felices. Todos queremos ser más felices. Y entiendo la felicidad en sentido muy amplio. Desde aspectos físicos como dormir mejor, tener menos dolores, a aspectos más emocionales como estar a gusto con tu vida, practicar una determinada actividad que te encanta, ver felices a las personas a las que aprecias…
Debes tener claro que, solo te contratarán para alguna de estas 3 formas de solucionar problemas o afrontar retos. Cuando lo tengas claro, piensa bien cuál es el problema principal que ayudas a solucionar. Si no lo tienes claro, será más difícil que lo gestiones bien. Y a parte de gestionarlo bien, deberás saberlo comunicar de forma clara. Tu marca personal debe dejar muy claro no sólo a quién vas a ayudar sino, sobre todo, qué les vas a aportar. Es decir, qué problemas les vas a solucionar o qué retos les ayudarás a conseguir. Tan simple… o tan complicado. Tu marca es los problemas que resuelves. En un mundo como el actual, cada vez importa menos qué has estudiado, cuál es tu experiencia… o incluso si trabajas mucho o poco. Lo único importante va a ser los problemas que resuelves. Si éstos son importantes, si sabes resolverlos bien, si hay pocas personas que son capaces de hacerlo, tendrás mucho éxito. Y si los problemas son fáciles de resolver o lo puede hacer muchísima gente, tu propuesta tendrá poco valor con lo que difícilmente tendrás ingresos interesantes y además te costará encontrar buenos trabajos o clientes.
Por que como dijo Paul Marsden, escritor, empresario y político británico “El mundo de los negocios no es más que resolver los problemas de las personas… obteniendo beneficios”. En este sentido, estoy penamente convencido de que la esencia de tu marca personal es solucionar problemas a los demás y ser capaz de comunicarlo adecuadamente.
