2 de los profesionales que más admiro, a los que sigo constantemente, suelen decir “Siéntete cómodo con la incomodidad”. Se trata del gran Tony Robbins, considerado el entrenador número uno del mundo, y Michael Port, creador de Book Yourself Solid y Heroic Public Speaking.
Todos anhelamos el confort. Cuando estás en confort, en comodidad, todo es más seguro, familiar y predecible. Pero ¿QUÉ PASARÍA SI TE DIJERA QUE EL VERDADERO CRECIMIENTO Y LA FELICIDAD SE ENCUENTRAN AL OTRO LADO DE LA COMODIDAD? Así es, en el mundo actual, el mundo de la incomodidad.
Piénsalo: sin un poco de incomodidad, nunca nos esforzaríamos por aprender nuevas habilidades, asumir desafíos o alcanzar nuestro máximo potencial. Nos quedaríamos atrapados en rutinas, aburridos en lo mismo de siempre, sin posibilidad de crecer.
Por lo tanto, si queremos crecer, si queremos conseguir algo importante, la incomodidad es inevitable. Es parte de la vida. Pero la forma en que reaccionamos marca la diferencia. Podemos huir de la incomodidad y quedarnos estancados, o podemos aprender a sentirnos cómodos con la incomodidad. Como suele decir Tony Robbins, “Aprende a convertir la incomodidad de la disciplina en la satisfacción del crecimiento personal”.
Ahora bien, ¿CÓMO LO CONSEGUIMOS?
1. Cambia tu forma de pensar:
Todo comienza con tu percepción. En lugar de ver la incomodidad como una enemiga, considérala como una oportunidad de crecimiento. Adopta una mentalidad de crecimiento, creyendo que puedes aprender y mejorar a través de desafíos.
2. Asume riesgos calculados:
No esperes a que la incomodidad te encuentre. Empieza poco a poco, asumiendo riesgos calculados que te saquen de tu zona de confort. Prueba una nueva actividad, habla en una reunión o aprende una nueva habilidad. A medida que superes estos pequeños desafíos, tu confianza crecerá y estarás listo para afrontar otros retos más grandes.
3. Replantea tu incomodidad:
En lugar de temer la incomodidad, considérala como una señal de que estás en el camino correcto. Significa que estás saliendo de tu zona de confort y creciendo como persona. Reformula los sentimientos negativos asociados con la incomodidad en entusiasmo por las posibilidades que se avecinan.
4. Céntrate en los beneficios:
Recuerda las cosas maravillosas que surgen al aceptar la incomodidad. Una mayor confianza, una mayor resiliencia y una sensación de logro son sólo algunas de las recompensas que te esperan.
5. Celebra tus victorias:
Reconoce y celebra tus victorias, por pequeñas que sean. Cada vez que sales de tu zona de confort, estás logrando algo grandioso. Tómate un momento para apreciar tu progreso y alimentar tu motivación para el próximo desafío.
Recuerda, sentirte cómodo con la incomodidad es un viaje, no un destino. Habrá contratiempos, pero no dejes que te desanimen. Continúa avanzando y te sorprenderás de lo que puede lograr.
Como suele decir Michael Port, “Necesitamos estar dispuestos a sentirnos cómodos con la incomodidad para poder crecer”.
¿Listo para desbloquear tu verdadero potencial? ¡Siéntete cómodo con la incomodidad y observa cómo tu vida se transforma!