Era un 2 de abril de 1986. El Real Madrid acababa de perder el encuentro de ida de las semifinales de la Copa de la UEFA de la temporada 1985-86 en el campo del Inter de Milán por un resultado de 2-0. La afición local estaba eufórica pues conseguía un buen resultado con el que intentar eliminar al vigente campeón del torneo en el partido de vuelta. Juan Gómez “Juanito”, delantero y emblema del Real Madrid se dirigió a varios jugadores del equipo italiano con la frase “90 minuti en el son molto longos”. Se refería a que el Inter todavía no había ganado la batalla, sólo una guerra. Quedaba todavía el partido de vuelta en el Estadio Santiago Bernabeu para que el Inter pudiera completar la hazaña de vencer al actual campeón… o no. En el partido de vuelta, disputado el 16 de abril de 1986 el Madrid empató el resultado del partido de ida forzando la prórroga en la que finalmente ganó al equipo italiano por un resultado de 5 a 1. A parte de clasificarse para la final, nacía en ese momento una frase mítica de uno de los iconos del madridismo, Juanito, a quien – 28 años después de su trágica muerte en accidente de coche – sigue recordando la afición en el minuto 7 de cada partido (el 7 era su dorsal habitual).
Y te tengo que decir que esta frase me impactó desde entonces. Todavía no había cumplido los 12 años y recuerdo perfectamente cuando la escuché hace ya más de 34 años. Me pareció muy interesante y la recuerdo frecuentemente. Me sirve mucho tanto en mis retos personales y profesionales.
- Por un lado, me ayuda a tener sentimientos de prudencia cuando las cosas van bien. Cuando vas ganando un partido, cuando las cosas te están yendo bien a nivel profesional, cuando tienes muchos clientes, te ganas bien la vida… recuerdo perfectamente la famosa frase de Juanito. Y me hace pensar que no siempre va a ser así. Que hay que ser prudentes porque un día, el partido no irá tan bien, nuestra vida no será tan positiva. A veces, en momentos de éxito nos dejamos llevar por el entusiasmo y cometemos errores que pueden pagarse caro. Me gusta contrarrestar los momentos de euforia “tocando de pies en el suelo”. Valorar el éxito en su justa medida pues como suele decirse “el éxito debilita” y puede perjudicarte muy negativamente.
- También suele ayudarme mucho recordar la frase de Juanito cuando las cosas van mal. Me ayuda a recordar que el partido que estoy jugando, sea en el ámbito que sea, va a ser largo. Que voy a tener la posibilidad de remontarlo, o de jugar nuevos partidos. Que la vida me dará de nuevo la oportunidad de resarcirme, de volverlo a intentar. Nada es para siempre y “no hay mal que cien años dure”. Así que cuando algo está complicado empiezo a pensar en el partido de vuelta. En qué tengo que hacer para poder remontar la eliminatoria, para poderle dar la vuelta a la situación negativa que estoy viviendo.
En definitiva, una frase muy simple, pero que se ha convertido en un icono y que me ha acompañado en estos últimos 34 años. El hecho de recordar que los partidos son muy largos me ayuda a ser prudente cuando todo va bien… y a tener esperanza cuando todo va mal. La vida suele darnos segundas y posteriores oportunidades para remontar los partidos que estamos jugando y seguirlo intentando (ver mi post de hace un tiempo «Persevera … o no»). Así que no te lo creas mucho cuando las cosas te vayan bien… ni te vengas abajo cuando van mal. Porque como Winston Churchill decía “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor de continuar”.